En las redes sociales se viralizó el momento en el que Messi estaba en el vestuario, en el entretiempo, cuando los alemanes ya ganaban con absoluta autoridad y contundencia. Una imagen nada usual del astro argentino del Barcelona.

A Messi, y más si hablamos de fútbol, por lo general se lo ve sonreír y con ganas, tantas veces con un merecido trofeo en sus manos.
Pero el viernes, todo fue tristeza, impotencia y decepción. Algo que, en definitiva, sirvió para demostrar que Messi es simplemente humano.
En las redes sociales se viralizó el momento en el que Messi se encontraba sentado en el vestuario, en el entretiempo, cuando los alemanes ya ganaban con absoluta autoridad y contundencia por 4 a 1.
La Pulga, con los hombros encogidos y la mirada perdida en ningún lugar, no lo podía creer. Enfrente, Ter Stegen, serio y a la vez atónito por lo ocurrido en Lisboa. Sí, una imagen vale más que mil palabras dice el dicho.
Con la Selección, desde la final de Brasil 2014 a las esquivas tandas de penales ante Chile, había sufrido golpes duros. Pero también con la camiseta blaugrana al rosarino le tocó atravesar pálidas por la Liga de Campeones. Pero nada le había tocado experimentar como lo que le pasó este viernes ante los alemanes.