Los peritos comprobaron que la empresaria de 49 años murió poco antes de que su hija mayor la encontrara en su habitación 22 DE JULIO 2020La autopsia realizada a primera hora de este miércoles en la Morgue Judicial, a cargo del doctor Roberto Cohen, comenzó a despejar las dudas sobre el fallecimiento de Ana María Patricelli. La empresaria de 49 años, conocida públicamente por ser la pareja de Pablo Cabaleiro -el Mago sin Dientes, según su nombre artístico-, fue hallada sin vida por su hija mayor, Sofía Antonella, en la habitación de su departamento de Palermo, en la mañana de ayer. Si bien se abrió una investigación por muerte dudosa, tomando intervención la Fiscalía en lo Criminal y Correccional Número 43, a cargo de la fiscal Silvana Russi, se trazó la hipótesis del suicidio: una bolsa negra cubría su cabeza.No obstante, según informaron a Teleshow fuentes judiciales, los peritos certificaron que no hubo asfixia: Ana María murió de un paro cardíaco o una arritmia provocada por una congestión y un edema pulmonar. Presentaba además meningoencefalitis. Si bien todavía restan los análisis toxicológicos, en la habitación se hallaron pastillas para dormir y antidepresivos; sobre la mesa de luz había varias botellas de alcohol.La autopsia también estableció la hora del deceso: entre las 7 y las 9, apenas un rato antes de que su hija ingresara a su cuarto. Y se comprobó que el cuerpo no tenía lesiones internas ni externas, lo que indica que no habrían participado terceras personas, descartándose así la posibilidad de que se tratara de un femicidio.Patricelli fue vista con vida por última vez a las 2:50 del martes, cuando su hija regresó a su casa luego de varias horas de ausencia. Al notar que su mamá había consumido una importante cantidad de alcohol, debió acompañarla a su habitación para que se acostara. Unas horas antes, cuando salía del departamento en la noche del lunes, Sofía la había escuchado hablar por teléfono con Cabaleiro.Pablo Cabaleiro y Ana María Patricelli (Foto: Twitter)A la mañana siguiente, minutos después de las 9, la empleada doméstica tocó el timbre como lo hacía todos los días. Al notar que Ana María no respondía al llamado, incumpliendo con la rutina familiar, Sofía se levantó para abrirle la puerta a la mujer. Preocupada, ingresó luego al cuarto de su mamá y la encontró sin vida. La llegada de una ambulancia del SAME y el traslado inmediato al Hospital Fernández de nada sirvieron.Trascendió que en las últimas semanas Patricelli, quien era despachante de aduana y poseía una pyme, había iniciado un tratamiento psiquiátrico. Además, en un texto que publicó en las redes sociales a 10 días de que comenzara la cuarentena -establecida para evitar la propagación del coronavirus-, dio cuenta de que enfrentaba una delicada situación financiera.“Quiero aclarar que priorizo la vida antes de la economía -escribió Ana María desde la cuenta de Twitter de su empresa-. Pero estoy harta de arriesgar, de apostar al trabajo, de contratar gente, de tratar de generar nuevos negocios y empleos”. Y agregó: “Antes tenía 20 empleados, y dada la situación fui achicando hasta solo quedarme con lo básico. Hoy solo tengo 7 trabajadores, que tienen que alimentar a sus familias. Tengo que pagar los sueldos al 100% sin siquiera estar generando dinero. Mis hombros no soportan más”.Ana María Patricelli, en una foto que había publicado en su cuenta de FacebookPatricelli y Cabaleiro se conocieron en una fiesta en Nordelta, en 2015. Pero recién cuatro años después concretaron una cita. La afinidad fue inmediata: el Mago sin Dientes contaba que los mundos opuestos en los cuales se desempeñaba cada uno, los atraía. Sin embargo, Ana María no deseaba ser protagonista de las noticias: optaba por el perfil bajo, aun cuando asistía con su pareja a distintos eventos. Madre de dos adolescentes, procuraba conservar su anonimato.La empresaria solo rompió este hermetismo cuando en noviembre de 2019 denunció públicamente que había sido víctima de un robo: su empleada doméstica robó la caja fuerte que estaba empotrada en el placard de su habitación, en un episodio por demás confuso.