Gollan: “Esta gestión se compromete a hacer lo que ordenaba la Ley de Salud Mental, que se debió hacer y se atrasó durante cuatro años”.
Agregó que, próximamente, el 10 de diciembre, “vamos a estar dándole la puntada final a todo ese proceso que se comienza a construir hoy, desde la formalidad, pero que ya comenzó en la práctica en los hospitales”.
Por su parte, Kreplak recordó que hoy, a 10 años de sancionada la Ley de Salud Mental, en este año tendrían que haber terminado los hospitales monovalentes, pero que durante los últimos cuatros años el trabajo se interrumpió. Además, detalló que “dejarán de ser instituciones manicomiales para transformarse en nuevas instituciones sanitarias enmarcadas en la comunidad, que garanticen el respeto por los derechos humanos y que mejoren la atención de la salud mental”.
En tanto, la referente del área, Julieta Calmels explicó que, además de cumplimentar la ley, esta transformación es una necesidad: “Han demostrado que no producen salud sino que generan mayor daño, la permanencia de las personas durante años en estas instituciones las aísla de sus comunidades, de sus centros de vida, de sus relaciones y hábitos”. Al mismo tiempo, señaló que el 43% de las personas internadas en los neuropsiquiátricos públicos tiene como mínimo 10 años de internación: “Eso explica que se trata de otro problema, no hay ningún motivo de salud mental capaz de explicar una internación crónica”. “Por eso, vamos hacia una transformación de los manicomios en el marco de un cambio del modelo de atención en salud mental y del modelo sanitario”, finalizó.