El Presidente dialogó con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional para diseñar una hoja de ruta común que incluirá la reestructuración de la deuda externa y el futuro programa económico post COVID-19
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, y el ministro de Economía, Martín Guzmán, durante una conferencia en Ciudad del Vaticano
Alberto Fernández explicó a la directora gerente que debía quebrar los límites de sostenibilidad de la deuda recomendados por el FMI, frente a la promesa de evitar un default y cerrar un deal con los bonistas de New York. Georgieva, la principal aliada del Gobierno en Washington, avaló la decisión del jefe de Estado.
La directora gerente del FMI había recomendado -a través de su informe técnico- que el Valor Presente Neto (VPN) de los bonos a canjear no podía pasar el límite de los 49.90 dólares por cada lámina de cien dólares. Y detrás de ese número supuestamente infranqueable, Guzmán se había parapetado ante la ofensiva sistemática de los acreedores privados que pedían -sí o sí- un VPN con “un 5 adelante” (más de 50 dólares).
El aval de Georgieva y la decisión política del Presidente implosionaron la arquitectura financiera de las sucesivas ofertas oficiales que se presentaron a los medios de comunicación. La propuesta que se registrará hoy en la SEC establece que el VPN de la mayoría de los bonos será de 53.4 dólares por cada lámina de 100 dólares. Y en el caso de los Exchange 2005-2010, su Valor Presente Neto pasa los 57 dólares.
El diálogo protagonizado por Alberto Fernández y Georgieva ratificó la alianza estratégica que Olivos tiene con el Fondo Monetario Internacional. Si la directora gerente hubiera dicho que no, Argentina caminaba inexorablemente al default.
Ello no implica que habrá acuerdo entre el Gobierno y los acreedores privados para lograr una reestructuración exitosa de la deuda externa, pero el gesto político de la directora gerente ayuda muchísimo a una negociación trabada que tiene final abierto.
Además de la negociación con los bonistas, Alberto Fernández y Georgieva analizaron las relaciones institucionales entre la Argentina y el FMI. Se deben 44.000 millones de dólares, y el board del organismo multilateral espera un programa de economía y un plan de pago de esa deuda externa pública.
El Presidente recordó a la directora gerente que su intención es honrar la deuda contraída, pero que su decisión política es evitar los planes de ajuste a cambio de cumplir con el Fondo Monetario Internacional.
La intención de Alberto Fernández es obtener un nuevo Stand-By, ante la opción de acordar un Crédito de Facilidades Extendidas. En el Stand-By hay margen de maniobra para evitar ajustes y reformas vinculadas al sistema previsional -por ejemplo-; en el caso del Crédito de Facilidades Extendidas, se aplica un programa de medidas excepcionales que siempre dejó más perdedores que ganadores.
Si la negociación con los acreedores privados concluye en septiembre, la intención del Presidente y Guzmán es iniciar durante octubre un diálogo de aproximación con el staff técnico del FMI. En este sentido, Alberto Fernández y su ministro de Economía consideran que las negociaciones con Georgieva se estirarán hasta principios de 2021.
El Presidente concluyó satisfecho la conversación con la directora gerente del FMI. Ratificó que Georgieva es su aliada y que podrá contar con su apoyo institucional al momento de negociar los 44.000 millones de dólares que Argentina adeuda al Fondo Monetario Internacional.